Dedicado a todos los compañeros y compañeras que ven la educación virtual como un sin sentido, donde simplemente se traspasan conocimientos por medio de un computador.
Introducción
Gabriel García Márquez escribió en 1944 Del amor y otros demonios, libro que narra la historia de dos amores prohibidos en el siglo XVIII y el sufrir de Sierva María de Todos los Ángeles por una crianza diferente y la mordedura de un perro con rabia, lo cual y debido a la ignorancia del siglo XVIII es confundido con una posesión demoníaca.
El presente artículo lleva parcialmente el nombre de dicho libro, debido a que su trama y título igualan al amor con algo demoníaco, misma situación que ha ocurrido durante el siglo XXI con la educación virtual en Colombia, donde inquisidores poco científicos han tratado de igualarla a lo negativo y encerrarla en algo así como una mazmorra para el conocimiento.
Mazmorra en la que afortunadamente nunca se ha encontrado debido a sus múltiples ventajas, grandes beneficios y aportes a la educación del país, principalmente en los últimos años de pandemia.
Precisamente el actual texto busca cuestionar uno de aquellos demonios que se le han endosado a la educación virtual en su búsqueda por hacerla ver negativa y exorcizar a todos aquellos inquisidores que aún se dejan llevar por la tradición y el conocimiento común.
Los sentimientos, las emociones y las relaciones sociales no existen o son pocas en la educación virtual
Uno de los argumentos más conocidos en contra de la educación virtual es la falta de interacción física-social, la consiguiente falta de calidez humana, emociones, sentimientos y relaciones sociales que, sí existen en la educación presencial, se plantea que las relaciones interpersonales, los sentimientos y las emociones son un aspecto fundamental en los procesos educativos y que en la virtualidad estas relaciones se restringen al sentir el estudiante que está hablando o relacionándose con una máquina o por medio de ella.
Frente al anterior argumento es necesario aclarar que educación virtual y presencial son tipos de educación diferentes y que, por tal motivo, las características de cada una no pueden ser comparadas entre sí en igualdad de condiciones, lo que lleva a decir que, sí existen relaciones interpersonales, interacción social, emociones, sentimientos y calidez humana en la educación virtual, pero, no se dan de la misma manera que en la educación presencial.
Incursionando en el error de comparar y como dato curioso, las relaciones sociales y demás pueden incluso llegar a ser más intensas en la educación virtual que en la presencialidad, ocurriendo lo mismo con los procesos de aprendizaje, para comprobar lo anterior y demostrar que no siempre hace falta la presencialidad, simplemente se debe hacer la remisión a las cartas de amor de la edad media e inicios de la moderna, cartas que eran la red social de esa época y que duraban meses en llegar a sus destinatarios, cartas que fundamentaron lo que hoy se conoce como amor romántico y cuyos redactores posiblemente ni siquiera se conocieron.
Ahora bien, el problema si puede existir, pero no depende de la educación virtual en sí, sino del tutor que se encuentra a cargo del entorno virtual de aprendizaje, situación que también puede ocurrir en una clase presencial donde un docente lleva pésimas relaciones en su aula y no tiene sentido de lo humano ni reconocimiento de las necesidades de sus estudiantes.
Educación virtual como promotora de relaciones sociales, sentimientos y emociones
En el apartado anterior se manifiesta que el problema de la falta de relaciones sociales y demás, no se centra en la educación virtual como tal, sino en las prácticas que llevan a cabo los tutores dentro de sus entornos virtuales de aprendizaje.
¿Entonces qué debe hacer un tutor virtual o inquisidor para que sus futuros ambientes virtuales de aprendizaje tengan la característica de promover las relaciones sociales, sentimientos y emociones?
– Aprender a diferenciar educación virtual de educación presencial y romper las barreras mentales que le limitan poder avanzar, comprender que autonomía, libertad y flexibilidad son fundamentos en la educación virtual y se destruyen las rigurosas estructuras tradicionales sustentadas en la disciplina, el castigo y el tiempo exacto.
– Entender que ser tutor virtual es diferente a ser profesor presencial, el tutor virtual se acerca más a ser un acompañante y apoyo del proceso educativo donde el estudiante mediante su autonomía es quien construye saberes y desarrolla competencias. Es precisamente en ese proceso de acompañamiento donde se promueven las relaciones sociales.
Ahora bien, la discusión sobre lo que es un tutor virtual y sus funciones, es bastante amplia para dejarla de manera somera y simplificada, por eso se recomienda leer el artículo “El tutor en los entornos virtuales de aprendizaje” (Espinoza y Echeverría, 2018).
– Dar respuesta lo más rápido posible a todos los mensajes recibidos por parte de los estudiantes, cuando se responde rápidamente un correo, el estudiante considera que el tutor está presente y es oportuno, lo que rompe en parte esa barrera de la no presencia física, el estudiante debe saber que el tutor siempre está presente para ayudarlo.
– Contestar los correos de una manera donde se demuestre que la pregunta o solicitud es importante para el tutor, dedicar el tiempo suficiente para tratar de ayudar lo máximo posible al estudiante, de esta manera el estudiante siente que es importante para el tutor, que no está hablando con una máquina, sino con una persona que lo escucha y lo atiende, la cual se preocupa por él y su proceso de aprendizaje.
– Considerar que el estudiante siempre dice la verdad, un error común es hacer juicios de valor a priori, sin conocer detalladamente las situaciones, solo validar una mentira si se tienen las pruebas suficientes para hacerlo, en ese caso el tutor debe buscar una acción restaurativa donde el estudiante se dé cuenta por sí mismo de la gravedad de su falta. Si un tutor se equivoca en un caso de estos o trata de mentiroso a un estudiante, es muy probable que el estudiante no continúe el curso, la idea, por el contrario, es que el estudiante mediante la acción restaurativa se enganche nuevamente a la clase y reconozca en el tutor una persona carismática.
– Vincular situaciones del contexto nacional, local y personal en las comunicaciones con los estudiantes, realizarlo desde el pensamiento crítico. Es importante resaltar que el entorno virtual en el cual se desarrollan los cursos no está separado de la realidad física y el cotidiano vivir de los estudiantes, hablar de la realidad nacional y el cotidiano vivir ayuda a esa conexión e incita a la opinión por parte de los estudiantes, los mismos que expresan sus emociones y sentimientos cuando se tocan temas cercanos a su forma de vida y cosmovisiones.
– Reconocer la diversidad en los estudiantes, no todos los estudiantes son iguales y no todos pueden ser tratados de la misma manera, normalmente existen estudiantes con déficits cognitivos en las aulas virtuales y ese déficit se manifiesta mediante su escritura, una acción común es colocar una nota negativa al estudiante sin profundizar en el motivo por el cual el estudiante escribe de esa manera, al realizar esta acción se cae en un doble error, se es injusto y se aleja al estudiante. Cuando por el contrario el tutor indaga y reconoce las limitaciones y diferencias de sus estudiantes, gana un estudiante que se siente reconocido en la diferencia y promueve su participación.
Para profundizar en el tema se recomienda la lectura del documento “Inclusión educativa de estudiantes con discapacidad motora” (Camacho, Varela y Alberto, 2011)
– Promover la participación de los estudiantes en los foros colaborativos, a partir de la formulación de preguntas problematizadoras que se acerquen al contexto de los estudiantes e impliquen la postulación de ideas opuestas para construir conocimiento a partir del debate y la diferencia de opiniones.
Los foros son quizás el lugar más propicio para establecer relaciones sociales y hacer que los estudiantes compartan sus emociones y sentimientos, una forma de lograrlo es, establecer un contenido que toque su sensibilidad y a partir del cual se desarrolle una pregunta problema que los ubique en su contexto.
– Comunicarse con los estudiantes de manera amable y cordial, sin dejar a un lado las normas de netiqueta, cada palabra importa y no sobran palabras para que todos los miembros del proceso académico se sientan a gusto.
Es importante resaltar que no se está hablando con un amigo, pero tampoco con un extraño, en esa medida se debe aprender a usar las palabras exactas para que el estudiante se sienta cercano al tutor sin romper la relación tutor-estudiante.
– Diseñar ambientes virtuales de aprendizaje cálidos que tengan en cuenta los aspectos psicológicos de los estudiantes, el diseño instruccional e interfaz deben ser para los estudiantes, no para el tutor.
Hablar de diseños de ambientes virtuales de aprendizaje al igual que otros apartados enunciados anteriormente, se puede gastar un libro, en este caso se desea hacer solo una enunciación frente al tema propuesto, por lo tanto y para profundizar, se recomienda el documento “Consideraciones para el diseño didáctico de ambientes virtuales de aprendizaje: una propuesta basada en las funciones cognitivas del aprendizaje” (Batista, 2003).
En conclusión, se puede afirmar que existen las estrategias para lograr ambientes virtuales de aprendizaje que sean promotores del establecimiento de relaciones sociales y la expresión-sentir de emociones y sentimientos, pero que aquellas estrategias pueden ser aplicadas o no por parte del tutor o demás encargados de los ambientes en el organigrama institucional, lo que indica que si ello falta en un ambiente, es responsabilidad directa de los mismos, el estudiante es responsable de su proceso académico, pero el tutor es el responsable de lograr entornos virtuales amables donde todos sus miembros tengan la posibilidad de opinar y expresar sus sentimientos-emociones sin miedo y desde la diferencia.
Por tanto y como se decía anteriormente, el problema planteado en el presente artículo, no se encuentra directamente en los fundamentos de la educación virtual o presencial, sino en el ejercicio y formación de los tutores virtuales o docentes presenciales, los cuales son los encargados de que la educación crezca día a día, así como creció el cabello de Sierva María durante 200 años, mostrando al mundo la continuidad del amor y la vida hasta incluso después de la muerte.
Mario Alejandro Franco Guzmán
Tutor virtual
Referencias
- Batista, M., (2004). Consideraciones para el diseño didáctico de ambientes virtuales de aprendizaje: una propuesta basada en las funciones cognitivas del aprendizaje. https://rieoei.org/historico/deloslectores/1326Herrera.pdf
- Camacho, C., Varela, N., y Gerardo, A., (2011). Inclusión educativa de estudiantes con discapacidad motora. Apertura, 11, pp. 44-57 https://www.redalyc.org/pdf/688/68826916005.pdf
- Espinoza, E., y Echeverría, M. (2018). El tutor en los entornos virtuales de aprendizaje. Revista Científica de la Universidad de Cienfuegos, 10(3), pp. 201-210 https://rus.ucf.edu.cu/index.php/rus/article/view/907/995
